RÉQUIEM PARA UN SER QUERIDO

Hoy he perdido a mi querida hermana, María Blanca Mac-Mahon Ordoñana, pintora,  justo al día siguiente de cumplir 90 años. 


Os copio esta oración del P. Ignacio Larrañaga:

Silencio y paz.
Fue llevada al país de la vida.
¿Para qué hacer preguntas?
Su morada, desde ahora, es el Descanso
y su vestido la luz. Para siempre.
Silencio y paz. ¡Qué sabemos nosotros?

  Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y de la muerte. Sin preguntarnos, la llevaste contigo a la Morada Santa y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien. Sea.

Silencio y paz.

La música fue sumergida en las aguas profundas y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.

Se acabó el combate, Ya no habrá para ella lágrimas, ni llanto, ni sobresalto. El sol brillará por siempre sobre su frente y una paz intangible asegurará definitiamente sus fronteras.

Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable  que se nos fue.

Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de miseriordia.

Silencio y paz.


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